No es porque formen parte de Greenpeace, sino porque son animales muy sensibles a las olas de calor, y si se deshidratan podrían llegar a morir.
Estos emblemáticos marsupiales de Australia, que pasan entre 18 y 20 horas diarias durmiendo, cuando se enfrentan a temperaturas altas y el sol intenso, abrazan el árbol más frío que esté a su alcance para reducir la necesidad de ingerir agua y evitar la deshidratación, ya que su única fuente de agua es a través del alimento, principalmente de las hojas de eucalipto aunque en exceso pueden resultar tóxicas.
Cabe mencionar que las ramas de las acacias son hasta 5 grados Celsius más frescas que sus hábitats, por eso las prefieren.
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