Por Karen Nuncio Barba
Conforme ha pasado el tiempo, el concepto que
tenemos de los gatos se ha ido transformando… Como en el Antiguo Egipto, que
los consideraban deidades místicas y como en La Edad Media, que eran vistos
como oscuros y en relación directa con la brujería.
Ahora, algunos se refieren a ellos como “interesados”, pero fuera de toda creencia, los gatos son unos de los animales más misteriosos y enigmáticos que conocemos hasta hoy.
Ahora, algunos se refieren a ellos como “interesados”, pero fuera de toda creencia, los gatos son unos de los animales más misteriosos y enigmáticos que conocemos hasta hoy.
Los gatos poseen una conexión y una alta sensibilidad con el mundo invisible. Son capaces de percibir el más ligero sonido o aroma, sensaciones casi inaudibles para nuestros sentidos y una visión súper desarrollada que les permite identificar desde insectos microscópicos hasta los campos energéticos en nuestro hogar y en nosotros.
Son los encargados de limpiar la energía en
casa. Utilizan su aguda sensibilidad para detectar el lugar donde se necesita
limpiar y es por ésta razón que en momentos se van a descansar a ciertos puntos
de la casa, ellos al dormir filtran y transforman esa energía.
Quizás han escuchado que también se les
nombra como “psíquicos” o “terapeutas” por naturaleza, pues se debe a que tienen
una capacidad de desarrollar una fuerte conexión mental con su dueño. Un buen
ejemplo sería que llegan a sentirte cuando estás por llegar, o cuando están
cerca de ti, te comienzas a relajar poco a poco, esto se debe también a que nos
ayudan a limpiar nuestra energía.
“Así como
los perros son nuestros guardianes en el mundo físico, los gatos son nuestros protectores
a nivel energético”.
Sabemos que no son los únicos responsables de
estabilizar la energía en nuestro hogar, mientras más armonía exista en nuestro
ambiente, menos energía negativa necesitará filtrar el gato y por lo tanto,
vivirá más feliz.
Ellos en sí, son independientes, silenciosos,
amorosos, espontáneos, hábiles, ordenados…
Se muestran como un maestro, un
excelente ejemplo a seguir. Ellos representan el amor incondicional, hacen una
labor noble a nuestro lado sin esperar. Pudieran ser una oportunidad de
despertar esas cualidades en nosotros como una filosofía de vida o como un
hábito psicológico y espiritual.
Por último, es buena ayuda para ellos y para
nosotros mismos el que reflejemos un orden interno en
nuestro entorno, es una manera de repartirse la carga energética y armonizarla
juntos. Y si usted no tuviera gato y llegara uno a su vida, considérelo como
una sincronía… porque más que una mascota, es un compañero espiritual.
*Texto originalmente publicado en Círculo #3
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