jueves, 16 de junio de 2016

Tecnología con o sin sentido


¿Estamos usando debidamente la tecnología? Este cuestionamiento llega a ser debatido cuando vemos que la tecnología se usa sin conciencia, las nuevas generaciones están tomando esta herramienta con otros fines...










Estamos en una era tecnológica en desarrollo, con mucho potencial por descubrir y que en cada aspecto de nuestra vida se ha ido introduciendo, todo esto con la finalidad de mejorar la calidad en que percibimos y nos movemos en este tiempo, pero… ¿si en verdad no fuera esa la realidad en unos años? ¿Somos capaces de asimilar el cambio tecnológico? ¿Estamos usando debidamente la tecnología? Estos cuestionamientos llegan a ser debatidos cuando vemos que la tecnología se usa sin conciencia, las nuevas generaciones están tomando esta herramienta con otros fines, sin propósito, pero con mucho ego por poseerle, y es ahí donde cambia el sentido para el que fue creada o diseñada.

Claro, si en un dado momento se encauzara a un buen propósito, sería lo óptimo para erradicar ciertas enfermedades, crear nuevos campos en el estudio y desarrollo de las Tecnologías de la Comunicación e Información (TIC), darle una mejor calidad de vida a las personas con la medicina moderna o de reconstrucción, redes de comunicación conscientes, desarrollo de software en distintas vertientes…

En fin, hay tantos y tantos aspectos en que nos puede ser útil la informática y el desarrollo de esta, pero todavía es un sueño guajiro, usted se preguntará: ¿por qué? Bueno, principalmente porque es México, es triste decirlo y aceptarlo pero estamos ciegos, sordos y mudos por decreto de un mal gobierno y de una sociedad que no se preocupa por validar la información que recibe.

¿Y por qué llegamos hasta el gobierno si empezamos con el manejo de la tecnología? Es simple: si un país no invierte en educación, cultura, desarrollo de tecnología, áreas y campos de investigación e infraestructura, no habrá productividad, esto a largo plazo hace que en el campo tecnológico se haga una incesante búsqueda de proveedores de diversos países (por cierto, muchos de ellos de mala calidad), de técnicas y productos tecnológicos que llevamos a la educación, hogar, trabajo o diversión; esto nada más alimenta egos, ocio, modas y crea malos manejos, negocios ilícitos y engrandece a corporaciones con cifras estratosféricas, todo esto da inicio a la interacción con la sociedad que muchas veces está más enfocado a una comunicación excesiva, sexting, ciber bullying, redes ilícitas, espionaje o simplemente diversión, pero, ¿dónde quedó el propósito de mejorar la calidad de vida? Hay que decirlo, muchas personas sí se preocupan por un uso prudente y consciente de la información y las tecnologías, pero este nada más es un mínimo porcentaje. En México, cifras del INEGI del 2015 arrojan que somos poco más de 127 millones de personas, de las cuales aproximadamente el 57.4% tiene acceso a Internet por medio de un dispositivo móvil, tableta o computadora, y es más frecuente su uso en la población de entre 18 y 34 años, con un 76.5%; y de 6 a 17 años, con el 70.2%.

En cuanto a los usos de Internet, predominó la búsqueda de información general con el 88.7%, comunicación vía mensajería o correos electrónicos (84.1 %), acceso a contenidos audiovisuales (76.6 %) y a las redes sociales (71.5 %).
El 20.8% declaró que utiliza Internet para interactuar con el gobierno, mientras que el 12.8% dijo haber realizado al menos una operación bancaria en línea.

Asimismo, se observa que la interacción y acciones en torno al uso de estas se han ido incrementando, ya que desde el año 2001, de 7.1 millones de personas que usaban internet, la cifra se disparó al 2015 con 62.4 millones.
Podría decirse con estas cifras que aproximadamente en 10 años habrá cobertura total de este servicio.

Es muy común encontrarse con estos casos hoy en día: “tengo mi smartphone, mi tableta y computadora de última generación… pero nada más le instalo el WhatsApp y Facebook a mi celular, en mi tableta juego y en mi computadora nada más navego y uso el Office (por el trabajo o estudio)”.
Muchos viven esta realidad, sabiendo que hoy existe contenido, programas y  aplicaciones inimaginables para distintas actividades que pueden ser útiles en su desarrollo cognitivo, para perfeccionar habilidades o adquirirlas, y mejorar ganancias, tiempos y costos.

Pero pensemos en una persona de nivel medio que saca sus productos a crédito y lleva a cuestas sus gastos, y aun así se adapta a la nueva tendencia de tener tecnología al su alcance, para que al final del día no le saque un beneficio mayor a su inversión y se quede con lo básico; o pensemos en aquellas personas que no tienen acceso por desconocer el uso o proceso, pero son parte de ella por sus hijos o entorno, ¿en realidad esto es saber usar la tecnología?

Nos engañamos diciendo que sabemos usar las cosas sin leer un instructivo, es básicamente lo que vivimos con este crecimiento exponencial de tecnologías, pero ya es tiempo de ser más eficaz en el manejo de estas para hacer honor al propósito de mejorar la calidad de vida. ¿Y cómo sería esto? Sabemos que no podemos cambiar el pensamiento de políticos o las mentes cerradas, pero sí podemos empezar con la educación desde casa, con uno mismo, siendo objetivos al ver las herramientas que hoy se pueden poseer con la tecnología y enfocarlas a un propósito (escuela, trabajo, desarrollo, investigación, emprendimiento), con el fin de crear y poner en marcha la creatividad del infinito poder humano.

Pero, ¡ojo!, el querer usar bien las tecnologías no significa ser dependientes de ellas ya que también tendemos a perder el sentido de espacio y compañía.

Saber usarla es instalar las aplicaciones útiles para la vida (según el usuario), esto que quiere decir si soy deportista, tal vez una aplicación que me ayude a ver cuántas calorías quemo o el recorrido que hago; si me gusta la música, tal vez un software de afinación o un programa para crear música; si mi entorno es de oficina hay muchas aplicaciones y software que te puede facilitar la vida. Otro punto sería no enrolarse mucho en las redes sociales, ya que muchos estudios afirman que desencadenan distintos trastornos como de inferioridad, o crean baja autoestima, pérdida de identidad, o muchos en casos ciber bullying con finales trágicos, todo esto por no saber diferenciar la realidad del ciberespacio. 

Otro tema sería la seguridad que manejamos en nuestros dispositivos, tales como contraseñas, rastreo en GPS o programas de seguridad (antivirus, anti espionaje, programas de rescate de información o navegación segura), todo esto para que tengamos la garantía de no ser vigilados por el gobierno o personas mal intencionadas que roban datos (hackers).

Motiva a los pequeños y jóvenes en casa a usar programas y aplicaciones educativas o de enseñanza, los juegos muchas veces los acaparan pero hay que darle la visión que es una herramienta de aprendizaje, no de ocio.

Por último sería ser profeta del buen uso de los dispositivos conmigo mismo y mi entorno para mejorar el entendimiento y manejo, y así hacer partícipes de ello a los que no están en esto.

El sentido se lo damos nosotros, es cuestión de poner en marcha algunas cosas y activar mentes en pro de un avance tecnológicamente consciente.



                                                                         

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